Talita y Héctor (SABOR BESTIAL alegría del barrio)

29/04/2025

Talita y Héctor en Lomas de San Lorenzo

El sol cae oblicuo sobre los muros grafiteados de San Lorenzo. Una esquina cualquiera, un día cualquiera. Pero algo tiembla en el aire: una vibración, un eco que no viene del cielo ni de la tierra, sino del centro exacto del corazón.

Allí caminan ellos, Talita y Héctor, dúo de cuerpos, cuarteto de almas. Llevan la música a cuestas como se lleva el pan: con urgencia y con ternura. Y aunque son dos, su sonido se multiplica —en cada golpe de tambor, en cada exhalación del acordeón, en cada giro del alma que baila sin saber por qué.

Se llaman SABOR BESTIAL alegría del barrio. Y lo son. No por el volumen, no por el ritmo frenético, sino por lo que dejan: un temblor de alegría que se cuela por las rendijas de la rutina. Son la sonrisa que cruza la banqueta, el niño que suelta el celular, el anciano que recuerda. Son el reencuentro del barrio con su espejo más alegre.

Octavio Paz escribió que el presente es perpetuo. Ellos lo saben. No buscan escenario ni aplauso: buscan la resonancia. Tocan no para ser escuchados, sino para despertar. En sus manos, los instrumentos son puentes entre el cuerpo y el instante.

Y así, en Lomas de San Lorenzo, su andar se vuelve ceremonia. Música que no embellece: revela. Música que no distrae: convoca. Dos siluetas, una cumbia, un acorde —y la calle ya no es calle: es plaza, es fiesta, es patria sonora.

SABOR BESTIAL alegría del barrio: conjuro que transforma lo cotidiano en milagro.