Antonio, guía entre voluntades

30/06/2025

En el corazón de Iztapalapa, donde las calles conocen más historias que los archivos, camina Antonio. Camina con ellos, entre ellos, con la mirada clara del que no impone, sino orienta. Educador del polígono, sí, pero también brújula en la tormenta plural de voces, de criterios, de historias que convergen como ríos dispares hacia un mismo cauce: la justicia social.

Su camisa blanca no es símbolo de mando, sino de limpieza de propósito. Su andar sereno entre servidores y servidoras no es jerarquía, sino temple. Porque educar en territorio no es solo informar: es interpretar la necesidad, traducir la política al lenguaje humano, sembrar confianza donde hubo escepticismo.

En estas unidades iztapalapeñas, él no solo difunde un programa: ayuda a parir una nueva forma de estar en lo público. Los cuerpos que lo rodean son distintos, como lo es cada historia de Iztapalapa. Pero él sabe —como lo sabía el antiguo guía de caravanas— que la diversidad no se niega, se abraza y se orienta.

Y si Antonio guía, es también porque lo sostiene un equipo. Porque no hay conductor sin compañeras y compañeros; no hay rumbo sin brazos, sin voces, sin afectos en sincronía. Las mujeres y hombres que caminan a su lado le dan fuerza: en cada mirada, en cada jornada, en cada palabra que comparten con la comunidad, son ellos quienes encarnan una causa común.

El contacto con la gente es su materia prima. No el escritorio ni el manual, sino el saludo, la palabra franca, la escucha. Si esta ciudad aspira a ser justa, lo hará de la mano de quienes, como Antonio y su equipo, recorren su geografía con dignidad y convicción, transformando la calle en aula y el servicio en compromiso.