El aro, el cuerpo, la voluntad: mujeres en cancha

04/04/2025

En medio del parque, como si el mundo girara alrededor de una esfera naranja, cinco mujeres se alzan. No son musas ni sombras: son cuerpos que corren, saltan, se doblan, resisten. Son mujeres policía. Guardianas de la calle, ahora dueñas del balón. La cancha azul, como un cielo sin nubes, recibe el eco de sus pasos: cada bote es una palabra, cada pase, un latido. Al centro, una figura las guía: mujer de cabello rizado, volcán de energía y temple. No entrena músculos: despierta la memoria ancestral del movimiento. No impone: contagia. Habla con el cuerpo. Sus indicaciones son flechas de fuego que encienden la voluntad. Aquí no hay espectadores. El juego no es espectáculo, es rito. El balón es el sol que se pasa de mano en mano. Y cada enceste es un instante de eternidad: el tiempo se detiene, el cuerpo se afirma. « Soy », dice cada una. Soy fuerza, soy madre, soy hija, soy hermana, soy quien defiende y también quien sueña. El uniforme queda atrás por un momento. No hay jerarquías, solo respiraciones sincronizadas, sudor compartido, estrategias que nacen del instinto. La violencia del mundo queda fuera del rectángulo pintado. Aquí no se reprime: se juega, se libera, se vive. Octavio Paz escribió: * »La libertad no es un don: se conquista »*. Estas mujeres no piden permiso para ser. Se construyen, día tras día, canasta tras canasta. Y en cada entrenamiento afirman algo más profundo que la técnica: una identidad que rebasa lo laboral, lo doméstico, lo esperado. Son mujeres SSC. Son Iztapalapa. Son la sinfonía de un cuerpo colectivo que no se deja vencer. Y en cada salto, un país que aún puede elevarse.