Polígono 16 – Iztapalapa

18/07/2025

Nos visita nuestra JUD Yael.

En esta imagen no solo vemos un equipo: vemos una comunidad, una red de afectos y voluntades que caminan juntas por el territorio. Desde el buen Yaotzin, hasta Teresa, cada persona aquí cumple una función esencial. Nuestros menores no son solo compañía: son motor, impulso y brújula emocional de nuestra labor.

Como orientadoras —antes llamadas servidoras— sabemos que el trabajo territorial no es sencillo: cada una de nosotras carga con el esfuerzo físico de recorrer las calles, subir cerros, atravesar escaleras, cargar cajas y materiales; y al mismo tiempo, con la exigencia mental de saber explicar, orientar, registrar y contener. Salir a trabajar en las colonias de Iztapalapa es una tarea que implica cuerpo, cabeza y corazón.

Nuestra labor vinculatoria entre gobierno y sociedad se basa en algo simple pero poderoso: la posibilidad de tocar una puerta. Esa acción, aparentemente sencilla, encierra todo un universo. Nunca sabemos quién abrirá, cómo nos recibirá, ni qué historia escucharemos. Puede ser un buen encuentro, una respuesta hostil o simplemente un momento que no sabíamos que necesitábamos vivir.

El Polígono 16 no es solo un espacio territorial: es un equipo que acompaña, escucha y construye desde abajo. Porque cada visita es una posibilidad.