Teresa en train de travailler
26/07/2025
Teresa, brújula de lo común
Ahí está Teresa, sentada en el extremo de la mesa, con el chaleco como escudo y la voz como herramienta. Rodeada de rostros expectantes —en su mayoría mujeres, madres, trabajadoras, tejedoras del día a día—, Teresa no levanta la voz, pero la hace oír. No impone, sino que orienta. No ordena, sino que explica. Ella no entrega una dádiva, sino que media el acceso a un derecho.
Hace no mucho se les llamaba servidoras, palabra ambigua que mezclaba el gesto noble con la obediencia callada. Hoy son orientadoras, y en esa mutación semántica hay una afirmación de dignidad: ya no sirven, orientan. Caminan con los vecinos, no detrás ni delante. Son brújulas humanas en el mapa denso de la ciudad.
Esta imagen, tomada en alguna mañana agitada de Iztapalapa, capta más que un trámite: captura el pulso cívico de las colonias Sideral y Leyes de Reforma segunda sección. Porque Teresa, como otras orientadoras, no solo registra para el programa MERCOMUNA; construye confianza, escucha inquietudes, aclara dudas, devuelve al espacio público un rostro y una palabra.
Y mientras alguien en la fila aprieta un folder o repasa un CURP, Teresa continúa, paciente y firme, haciendo de su silla un punto de anclaje comunitario. Con cada firma, con cada explicación, con cada mirada, sostiene lo que a veces el Estado olvida: que no hay política pública sin rostro, sin calle, sin vínculo.