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19/11/2024

A quienes aman a los perros:

Amar a un perro es descubrir una forma de amor que no conoce palabras, pero que todo lo dice. Es sentir en el movimiento de una cola, en el calor de un hocico que busca nuestra mano, o en la mirada profunda que parece leer el alma, la más pura expresión de lealtad, de afecto incondicional, de una conexión que trasciende la razón.

Un perro no te ama porque seas perfecto, ni porque tengas éxito o porque se lo pidas. Te ama porque existes, porque en su mundo, tú eres su hogar, su manada, su universo entero. Ellos no preguntan por tus errores ni cargan con tus culpas; en su corazón, solo hay espacio para el ahora, para el momento compartido, para la alegría sencilla de estar contigo.

Hay quienes dicen que el amor de un perro es simple, pero no hay nada más profundo que un amor que no pide nada a cambio. Ellos nos enseñan lo que significa estar presentes, lo que es celebrar las pequeñas cosas: una caminata, un rayo de sol, un lugar cómodo donde descansar juntos. Nos recuerdan que la felicidad no necesita ser complicada.

Amar a un perro es también aceptar el dolor que inevitablemente llegará. Porque, aunque sus vidas sean breves en comparación con las nuestras, el tiempo que compartimos con ellos queda impreso en nuestra memoria como un amor eterno. Y cuando se van, dejan un vacío que solo puede ser llenado con gratitud por todo lo que nos dieron: su compañía, su alegría y su enseñanza de cómo amar sin medida.

Para quienes comparten su vida con un perro, saben que no es solo una mascota: es un amigo, un confidente, un maestro. Y quienes aman a los perros, en realidad, están aprendiendo a amar mejor al mundo. Porque ese amor, nacido en la conexión entre dos especies, nos enseña empatía, paciencia y bondad.

Así que a ustedes, amantes de los perros, les decimos: sigan amando con esa intensidad y pureza. Sigan aprendiendo de sus compañeros de cuatro patas a vivir el momento, a perdonar con facilidad, a ser leales incluso en los días difíciles. Porque en sus ojos brillan las lecciones que el amor humano a veces olvida.

Y recuerden, como diría cualquier perro, sin necesidad de palabras: « Amar es estar juntos, y estar juntos lo es todo. »