Arturo

08/12/2025

En el fondo, casi disuelto entre las líneas del estacionamiento subterráneo, Arturo vigila en silencio a los caballitos de acero, aluminio y fibra. No busca protagonismo: su figura borrosa recuerda que la ciudad también se sostiene con gestos mínimos, con presencias que casi pasan desapercibidas.

Mientras las bicicletas esperan el siguiente viaje, Arturo mantiene vivo el puente entre el movimiento y la pausa. Su mirada —aunque difuminada— organiza el espacio, lo vuelve habitable. La imagen sostiene una tesis sencilla pero poderosa: los objetos narran, pero son las personas, incluso cuando apenas se alcanzan a ver, quienes les dan sentido.

Aquí, en esta frontera entre concreto, luz artificial y ruedas inmóviles, la fotografía captura no sólo un lugar, sino una relación: la del guardián y su rebaño metálico, la de la ciudad y quienes la cuidan sin estridencias.