Mon amie Diana

23/12/2024

La bicicleta avanza bajo la noche iluminada por destellos urbanos. En su rostro se dibuja una sonrisa ligera, quizás impulsada por el recuerdo de una amistad que la acompaña, aún en la distancia. La mochila al hombro, símbolo de viajes y encuentros, guarda no solo objetos, sino fragmentos de historias compartidas.

La amistad es como este recorrido: constante, llena de giros y empujada por el movimiento. Así como el pedaleo conecta con el asfalto, las amistades verdaderas nos conectan con lo esencial, ofreciéndonos un respiro en medio del caos y un motivo para seguir adelante. Y en cada trayecto, ya sea solitario o acompañado, siempre queda el eco de esas risas y palabras que nos hicieron sentir vivos.