Les acrobats à deux roues

17/11/2024

Los acróbatas de dos ruedas

Van por las calles, desafiando el equilibrio, retando al viento y burlándose del suelo. Los jóvenes sobre bicicletas hacen magia con sus cuerpos, transforman lo cotidiano en asombro. Sus pies tocan los pedales, pero también vuelan. De pie sobre sus bicicletas, avanzan como equilibristas sin red, como danzantes sobre un escenario de asfalto.

No tienen alas, pero vuelan. No tienen aplausos, pero brillan. Cada truco es un grito de vida, una victoria contra las caídas, un poema escrito con movimientos que hablan de coraje y pasión. Son hijos de la calle, de la esquina, del barrio. Sus bicicletas no son solo ruedas y cadenas: son sueños con llantas.

Se caen, claro que se caen, pero vuelven a levantarse. Porque en cada golpe hay una lección, y en cada lección un nuevo intento. Sus manos, llenas de callos, sostienen el manubrio como si fuera el timón de un destino que ellos mismos han decidido construir. Y en cada pedalazo, en cada salto, desafían al mundo que insiste en ponerles límites.

No son héroes de capa y espada; son héroes de sudor y esfuerzo. Su espectáculo no se anuncia, no cobra entrada, no tiene reflectores. Pero ahí están, haciendo lo imposible en el silencio de las calles, donde el asombro se cuela entre los pasos apresurados de los demás.

Son los acróbatas de dos ruedas, los que no temen caer porque saben volar.